Ansiedad, trastornos de conducta y inquietud a la hora de dormir

¿Esta es la sucesión de patologías que ha experimentado tu bebé desde que nació o de un tiempo a esta parte?

Esta degradación en su salud también le ha comportado cambios en el ámbito emocional? ¿Como, por ejemplo, en el hecho de que ha ido apareciendo ansiedad, trastornos de conducta, inquietud a la hora de dormir o despertares frecuentes, o de miedos varias?

Seguramente y, de acuerdo con mi experiencia en consulta y de múltiples casos explicados por colegas y profesores que he tenido durante mi trayectoria profesional, la respuesta a las dos preguntas anteriores para muchos padres y madres de niños de hoy en día es, desgraciadamente, positiva. O, en el mejor de los casos, positiva de forma parcial, es decir, que la involución de salud de su niño / a se haya detenido en las bronquitis p.ej. y no haya pasado a un estadio más profundo como el asma.

Pero el hecho de que estas patologías se presenten en este orden ¿tiene algún sentido? ¿Qué relación guarda el hecho de que a medida que este orden avanza puede haber cambios o empeoramiento en temas relacionados con la esfera emocional?

La correcta curación

Constantine Hering (1800-1880), médico, biólogo y homeópata alemán pionero de la homeopatía en Estados Unidos, definió la direccionalidad y el sentido evolutivo de una correcta curación. Los preceptos de su ley, la llamada ley de Hering, se resumen en que un óptimo proceso curativo debe:

E

Ir de arriba a abajo del organismo (de la cabeza a los pies).

E

De dentro hacia fuera (desde el interior del organismo hacia el exterior).

E

Del órgano más vital a menos vital (del más peligroso para la salud del individuo, si no funciona, al menos peligroso).

E

De lo más reciente al más antiguo (en orden inverso a su aparición, lo primero que aparece desaparecería el último).

Hering define estos preceptos en dirección a la curación, pero si cogemos el orden patológico debemos invertir el sentido de los anunciados y, por ejemplo, la patología sería más grave si va hacia arriba o si se dirige a sistemas orgánicos más profundos o más vitales.

El proceso involutivo: otitis, bronquitis y asma

Volviendo al caso que nos ocupa, el proceso involutivo otitis, bronquitis, asma, vemos que va de arriba a abajo y, por tanto, según Hering, sería curativo. Hering cree que es curativo cuando el proceso va de arriba a abajo, cuando la patología se encuentra en un mismo tejido u órgano, por ejemplo, la piel o el sistema locomotor (huesos, músculos, tendones, etc.).

En nuestro caso vamos de arriba a abajo del organismo, pero en sistemas diferentes, y por lo tanto nos tendremos que regir por el segundo y tercer preceptos de Hering para entender la creciente gravedad del proceso.

Es evidente que vamos de órganos más externos además internos y de menos a más vitales. Bien es cierto que si nos pusiéramos en el extremo de una otitis interna gravísima nos podría llevar muchísimos problemas para la salud del paciente, pero no comparable a la gravedad y profundidad de una crisis asmática aguda donde el paciente podría morir en poco tiempo .

La aparición, acompañando los problemas físicos, de problemas emocionales se explicaría en el sentido de la profundidad patológica. El estrato mental-emocional se entiende como más profundo que el estrato físico.

Así pues, queda explicada el porqué de la secuencia patológica.

Pero para que no se detiene? Bueno, en algunos casos sí se para el proceso: en las otitis o en las bronquitis. De hecho, se debería formular mejor la pregunta: ¿de qué depende que se detenga o no el proceso?

Factores que detienen el proceso en las otitis o en las bronquitis

Depende básicamente de seis factores

E

Factores genéticos o hereditarios (que en la familia haya habido casos de asma predispone al niño / a a tener la patología, incluso directamente sin pasar por las otras).

E

El nivel de salud del niño / a (que a la vez también depende de la genética que lleve la criatura).

E

Traumas o estreses grandes por el niño / a que puedan disminuir de forma significativa su grado de salud.

E

Factor nutricional. hábitos alimentarios.

E

Factors ambientals (pol·lució ambiental, etc.).

E

El grado de supresión de las patologías. Sobre todo mediante productos o drogas químicas.

Creo que a los 5 primeros no los más explicaciones.

Una sola apreciación con respecto a los dos primeros

Cuanto peor sea la huella genética, que incluso puede llegar a repercutir directamente en el nivel de salud del niño / a en el momento de nacer, peor es el pronóstico de cuidado mediante un tratamiento homeopático. Sin embargo, este podría garantizar que su nivel de salud no empeoraría aún más.

El punto que merece una especial atención es el último. Se resume así de forma clara:

Cuanto más alta sea la carga de antibióticos, antipiréticos, antiinflamatorios, vacunas y otras drogas químicas que haya recibido el niño / a, mayor será la supresión de su sistema inmunitario. Esto favorecerá claramente la progresión hacia una patología cada vez más profunda.

Esto lo vemos muy a menudo en consulta cuando, por ejemplo, curamos un niño de bronquitis repetitivas. Al cabo de un tiempo hace una otitis, lo que indica que estamos yendo en la buena dirección, es decir, en la dirección contraria a la patológica. En ese momento, sin embargo, los padres, por lo que sea, le dan antibiótico y antitérmicos. Al poco tiempo, volvemos a tener el niño o niña con bronquitis a la consulta.

Traduciendo: el cuerpo se dirigía mediante un tratamiento homeopático hacia la dirección correcta, pero, al suprimir las otitis, ha vuelto al estadio anterior, de donde provenían las bronquitis.

Evita esta progresión patológica

El mejor antídoto es la homeopatía. En la que su hijo o hija sufra de otitis, pero también valdría para cualquier infección ORL (otorringolaringològica) en la que podemos incluir, amigdalitis, faringitis o laringitis, lo mejor que puede hacer para frenar el proceso que he comentado es llevar -el a un / a homeópata unicista.

De esta manera:

E

Pararéis e invertir el proceso patológico comenzado.

E

Podrá aumentar progresivamente el nivel de salud de su hijo / a.

E

Evitaréis o cuidado los trastornos emocionales que puedan producirse al ir profundizando el proceso patológico.

Por tanto,

Liberaréis a su hijo de un sufrimiento futuro en sus diferentes estratos, físico, mental o emocional. Es evidente, pues, que tratar a nuestros hijos / as con homeopatía (unicista) es la mejor inversión en salud que podemos hacer tanto por su presente como por su futuro.

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