Creo que si tienes psoriasis ya sabrás que no se trata sólo de una patología de la piel. De hecho, dentro de la comunidad médica existe un conscens de que esto es así.
Si entendemos la medicina homeopática como la única que aborda los diferentes estratos de la persona: mental, emocional y físico parecería el tipo de terapia idóneo para combatir esta patología.
Vayamos por partes.
¿Qué es la Psoriasis?
Es una enfermedad inflamatoria crónica no contagiosa en la que las células de la piel de las zonas afectadas llamadas queratinocitos se reproducen mucho más rápidamente que las de una persona sin psoriasis y acumulan formando unas placas rojizas, gruesas y escamosas en la piel
El orígen pues de esta enfermedad se encontraría al sistema inmunológico como la de la mayoría de patologías inflamatorias que se alargan en el tiempo.
Nos encontramos ante un desorden interno que tiene una manifestación externa.
¿Qué más sabemos sobre la psoriasis?
Sabemos que la psoriasis puede aparecer a cualquier edad aunque suele hacerlo en dos momentos de la vida, entre los 20 y 30 años y los 50 y los 60.
Sabemos que la psoriasis aparece en forma de brotes, con periodos de mejora entre ellos.
Sabemos que utilizando fármacos químicos lo máximo que podemos obtener es una supresión de los síntomas o un cierto control de estos brotes.
Sabemos que las personas que padecen psoriasis pueden tener una mayor riesgo de padecer otras enfermedades de origen inmunológico como la diabetes, artritis psoriásica o enfermedades cardiovasculares o depresión entre otros.
Entonces, ¿qué podemos hacer con la homeopatía?
Debemos tener en cuenta que el hecho de suprimir los síntomas, tal como nos muestra nuestra práctica diaria, el único que puede conllevar a la larga es una mayor profundización de la patología. Es decir, los pacientes que vayan suprimiendo las erupciones irán sumando números para tener una enfermedad más grave.
Por tanto pues, no es casualidad que las personas que padecen psoriasis tienen mayor riesgo de padecer las patologías que anunciaba en el apartado anterior.
Si nos fijamos, todas son patologías más profundas dentro de una hipotética jerarquía de gravedad.
Si volvemos a citar Constantine Hering, médico, biólogo y homeópata alemán pionero de la homeopatía en Estados Unidos, que definió la direccionalidad y el sentido evolutivo de una correcta curación. Los preceptos de su ley, la llamada ley de Hering se resumen en que un óptimo proceso curativo debe:
Ir de arriba a abajo del organismo (de la cabeza a los pies).
De dentro hacia fuera (desde el interior del organismo hacia el exterior).
Del órgano más vital a menos vital (del más peligroso para la salud del individuo si no funciona al menos peligroso).
De lo más reciente al más antiguo (en orden inverso a su aparición, lo primero que aparece desaparecería el último).
Hering define estos preceptos en dirección a la curación pero si cogemos el orden patológico debemos invertir el sentido de los anunciados y por ejemplo la patología sería más grave si va hacia arriba o si se dirige a sistemas orgánicos más profundos o más vitales.
Así pues lo que podemos suponer es que la continua supresión de los síntomas con medicamentos químicos aparte de no solucionar o no curarlos nos estarán haciendo que la patología vaya de fuera hacia dentro y cada vez más hacia dentro y por tanto, cada vez la persona tendrá un nivel de salud peor y tendrá más posibilidades de tener una enfermedad más profunda y por tanto más grave.
Tenemos claro pues que no sólo con medicamentos químicos no solventes la enfermedad sino que agravan el cuadro clínico del paciente.
Y con la homeopatía, ¿podríamos revertir el proceso de la psoriasis?
Los homeópatas y los pacientes que se han tratado con homeopatía sabemos que esta medicina tiene la virtud de poder revertir el sentido de una patología que cada vez se va profundizando más. Tiene la virtud de llevar una enfermedad de dentro hacia fuera y por tanto, hacia la curación del individuo.
Es evidente que el proceso no será inmediato y será costoso ya que la propia patología ya indica una profundidad de afectación importante (es el sistema inmunitario que está en desorden) pero con una buena prescripción y seguimiento el paciente se podrá librar al cien por cien o casi por completo de los síntomas.
Algo, sin embargo, está asegurada: «Estaremos invirtiendo el sentido de profundidad de la patología y por tanto, a todas luces, estamos previniendo futuras complicaciones para el paciente. Artritis psoriásica, diabetes, depresión, etc …»
¿Cuáles serán las dificultades añadidas al tratamiento de la psoriasis?
El tiempo que el paciente lleve con la enfermedad y suprimiéndose la y / o utilizando fármacos químicos. Cuanto más tiempo de evolución y / o de supresión más largo será el proceso de curación.
La impronta genética del paciente. Si los padres o abuelos del o la paciente han sufrido psoriasis será más dificultosa la curación.
Higiene de vida. (Alimentación, deporte, tabaco, etc …) como mejores sean estos, trabajo y tiempo que nos ahorraremos.
Aún así la homeopatía bien recetada tiene la capacidad de ayudar al paciente a ir regulando por él mismo estos hábitos
Conclusiones finales del tratamiento de psoriasis
No se puede asegurar que la homeopatía pueda curar la psoriasis en el cien por ciento de los pacientes, aunque si el caso se lleva correctamente se pueden obtener curaciones completas o disminuir mucho la frecuencia e intensidad de los brotes.
Dependerá de las dificultades añadidas las que he mencionado anteriormente la duración del tratamiento. Cuanto antes se empiece a tratar la patología, mejor y más corto será el tiempo de la posible curación.
En todos los casos estamos revirtiendo el proceso que podría llevar al paciente a tener patologías cada vez más profundas y comprometidas para su salud.
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